Realmente a estas alturas no sé lo que me interesa y lo que no.
Ya no sé si es un capricho o si es algo más.
Odio sentirme así, porque no es lo que busco, no lo necesito.
Sé que no es bueno , pero hay una cosa que nunca cambia.
Y es la sonrisa terriblemente tonta que me provoca el hablar contigo.